A menudo Pedro vacilaba en su seguimiento de Cristo

Publicado: May 12, 2012

Este es el 12º artículo de una serie de trece

Por Clifford M. Yeary
Director Asociado, Estudio Bíblico de Little Rock

No es solamente los católicos quienes creen que Pedro tenía un puesto especial entre los apóstoles. Muchos importantes expertos bíblicos protestantes reconocen que sus intervenciones significativas en el Nuevo Testamento indican que tenía una cierta prominencia entre los apóstoles.

Por supuesto, los católicos siempre han creído que Jesús llamó a Pedro a jugar un papel especial como líder de los apóstoles y por último como Obispo de Roma, para convertirse en un signo perpetuo de unidad entre todas las Iglesias fundadas por los apóstoles. Ciertamente fue a él a quien Jesús confió las llaves del Reino del cielo (Mateo 16,19).

Mientras que el libro de los Hechos presenta a Pedro como líder audaz y proclamador valeroso del evangelio después de que recibe al Espíritu Santo, cuando estudiamos al Apóstol Pedro en los evangelios y en otros lugares, surge una interesante inconsistencia sobre su personalidad.

A menudo Pedro era impetuoso y poco predecible—según el relato de Pablo, incluso mucho después de Pentecostés (Gálatas 2,11-12). Mientras que siempre estuvo dispuesto a decir las palabras correctas, o a comprometerse con la causa justa, a su seguimiento de las cosas a menudo le faltaba la valentía o una comprensión real.

Parece que desde el principio, el propio Pedro tenía conciencia de sus limitaciones. Muy pronto en el ministerio de Jesús, cuando Pedro todavía no había abandonado la pesca para seguirle, Jesús vino a Pedro pidiéndole que le dejara enseñar a las multitudes de la orilla desde su barca.

Cuando acabó su enseñanza, Jesús le pidió a Pedro que bajara las redes para pescar. Aunque Pedro había estado pescando toda la noche sin ningún éxito, aceptó porque era Jesús quien se lo pedía. Su pesca fue totalmente milagrosa, pero Pedro le suplicó a Jesús que se alejara de él: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador" (Lucas 5,1-11). Ya podemos ver aquí que Jesús estaba llamando a Pedro a ser un gran pescador de almas, pero el propio Pedro no cambió tan fácilmente.

La profesión de fe de Pedro, "Eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo," es un acto de fe inspirado por el Espíritu Santo según aparece en Mateo (16,16-19), por lo que Jesús lo premia dándole las llaves del reino de los cielos.

La misma profesión de fe de Pedro que aparece en Marcos (8,29-33), sin embargo, no tiene palabras de alabanza para Pedro. Se sigue inmediatamente con la negativa de Pedro a aceptar que Jesús debe morir en la cruz. Pedro no sabe lo que significa para Jesús ser el Mesías, y en lugar de alabar la fe de Pedro, Jesús lo llama "Satanás." Se ha convertido en contrario a su misión.

Pero Mateo tampoco se retrae en presentar la impetuosidad de Pedro. En la famosa escena en que Pedro y los discípulos ven a Jesús caminar sobre las aguas mientras que ellos están siendo agitados por las olas en una barca, Pedro le pide a Jesús que le permita caminar sobre las aguas con él. Jesús le dice: "Ven." Pedro pone un pie con fe y de hecho da unos pasos sobre el agua, pero cuando ve las olas, inmediatamente empieza a hundirse. Cuando le rescata, Jesús le pregunta: "¿Por qué dudaste?" (14,22-31).

El evangelio de Juan es quizá el más significativo en toda su descripción de Pedro. En la noche en que iba a ser entregado, después de la última cena, Jesús se humilla ante sus discípulos y se prepara a lavarles los pies. Pedro se resiste, aparentemente porque tal acto es demasiado humillante para que Jesús lo haga (13,1-9).

Sus errores de juicio en esa noche fatídica siguen acumulándose. Insiste en que está dispuesto a morir por Jesús y a nunca traicionarlo (13,36-38). Cuando Judas y una banda de soldados llegan a arrestar a Jesús, Pedro saca una espada y ataca a un esclavo del sumo sacerdote, cortando su oreja. (18:1-11), una vez más tratando de interponerse entre Jesús y la cruz.

Mientras que Jesús está siendo interrogado, Pedro, temeroso por su propia piel, niega tres veces conocer a Jesús (18,15-18; 25-27). Pero es también en Juan donde vemos la reconciliación de Pedro con Jesús después de la resurrección, cuando, después de haber decidido regresar a la pesca como medio de vida (21,3), Jesús le llama tres veces a entregar su propia vida a alimentar a las ovejas de Jesús (21,15-19).

Cuando examinamos las Escrituras para ver el carácter de Pedro, lo que surge no es un descrédito de este gran apóstol, sino el afortunado descubrimiento de que Jesús llamó a Pedro a una gran responsabilidad a pesar de sus fallos. Todo cristiano tiene una importante llamada de Cristo y, ¿quién de nosotros está libre de defectos?

Preguntas para la discusión y reflexión
  • ¿Qué diferencias significativas encuentras entre la profesión de fe en Mateo (16,13-23) y la de Marcos (8,27-33)?
  • ¿Qué defecto encuentra Pablo en Pedro (Cefas) que cuenta a los Gálatas (2,11-12)?
  • ¿Cómo describirías la personalidad de Pedro? ¿Por qué escogería Jesús a alguien como Pedro para llevar su Iglesia?
  • ¿Cuán tolerantes somos de los defectos de carácter en los líderes de la iglesia o los civiles?

 

Este artículo fue originalmente publicado en el Arkansas Catholic el 12 de mayo de 2012. Derechos de autor Diócesis de Little Rock. Todos los derechos son reservados. Este artículo podrá ser copiado o redistribuido con reconocimiento y permiso del editor.