Jonatán prefiere la amistad de David a su propio reinado

Publicado: November 12, 2011

Este es el 6º artículo de una serie de trece

Por Clifford M. Yeary
Director Asociado, Estudio Bíblico de Little Rock

Durante doscientos años después del Éxodo de Egipto, los israelitas vivieron en la Tierra Prometida (Canaán) en territorios asignados a las tribus de cada uno de los hijos de Jacob. Los jefes de las tribus, a quien se llamaba "jueces" solventaban disputas y organizaban a las tropas para batallar contra los diversos enemigos de los israelitas. El Libro de Jueces narra este período como algo cada vez más caótico, en que la violencia y el desorden iban minando todos los aspectos de la vida religiosa y civil hasta que Israel mismo se convirtió en su peor enemigo. "En aquellos días no había rey en Israel; cada cual hacia lo pensaba más adecuado" (Jueces 21,25).

Frente a tal desorden creciente, los líderes de las tribus acudieron al ultimo de los grandes "jueces" de Israel, el profeta Samuel, y le pidieron que les presentara un rey que los uniera a todos. Hasta este momento, siempre se consideraba a Dios como rey de Israel y la petición de nombrar un rey humano preocupó a Samuel enormemente. Sin embargo, Dios le dijo a Samuel que accediera a sus deseos (1 Samuel 8,1-9).

Dios le reveló a Samuel que Saúl, un guerrero alto y fornido de la tribu de Benjamín era quien debía ser ungido como rey. La unción era una ceremonia de coronación que involucraba derramar aceite sobre la cabeza del hombre ungido como rey. Desgraciadamente, Saúl demostró ser inestable mentalmente y poco dispuesto a seguir los dictámenes religiosos rigurosos de Samuel. Al poco tiempo, Dios pidió a Samuel que buscara otro rey y éste lo encontró en la persona inesperada de David, un joven pastor de la tribu de Judá, que era el octavo hijo de Jesé.

La caída en desgracia de Saúl y la emergencia de David a la fama se cuenta con mucho detalle y un suspense finamente trabajado en el primer libro de Samuel, capítulos 13-31. También está entremezclado con la historia de otra persona que parecía mucho más indicada para suceder a Saúl: alguien que gozaba de todas las características de nobleza que cualquiera hubiera deseado en un rey: el hijo de Saúl, Jonatán.

Cuando encontramos a Jonatán por primera vez, acaba de liderar un ataque palestino a una fortaleza filistea dentro del territorio de su padre de la tribu de Benjamín. La gente da el mérito de la Victoria a Saúl, pero esto lleva a una venganza masiva de otras fuerzas filisteas. Ansioso por animar a sus tropas dispersas y acobardadas, Saúl ha estado esperando que Samuel ofreciera un sacrificio a Dios para levantar sus ánimos. Pero cuando Samuel se retrasa, Saúl mismo ofrece el sacrificio. Un momento después llega Samuel y recrimina a Saúl por su presuntuoso sacrificio.

"¡Has actuado alocadamente!" le regaña Samuel. "Si hubieras guardado el mandamiento que te dio el Señor tu Dios, el Señor hubiera establecido tu reinado en Israel para siempre; pero ahora tu reinado perecerá. El Señor ha buscado un hombre según su gusto para nombrarle rey sobre su pueblo, porque tú no observaste lo que te ordenó el Señor" (1 Samuel 13,13-14).

Toda posibilidad de que Jonatán sucediera a su padre ha sido eliminada. Todos hemos oído de Jonatán en este momento, y sabemos que es un guerrero experto. Podríamos esperar que, al dares cuenta de que ya no es el heredero, estaría algo más que un poco molesto y resentido con el hombre que dice Samuel que va a suceder a su padre. Sin embargo, la verdad es que es todo lo contrario.

Samuel unge a David como Nuevo rey (1 Samuel 16,1-13), pero su realeza sólo se le hace clara a Israel a través de una serie de cambios violentos en la historia. Jonatán, sin embargo, lo discernirá pronto observando el character de David.

Al encontrarse con David, Jonatán lo reconoce como alma gemela. Se une a Davide con una alianza de amistad que simboliza quitándose la capa y poniéndosela a David (1 Samuel 18,4). De la misma manera en que Eliseo sucedería al profeta Elías después de recibir su manto (2 Reyes 2,9-14), David se ha convertido en el heredero. Jonatán declarará su reconocimiento en 1 Samuel 23,16.

El "vincula" entre Jonatán y David en hebreo es la misma palabra que conspiración y Saúl, en su locura, sospecha una conspiración entre los dos para robarle el trono. Jonatán hará todo lo posible para proteger a David de la locura de su padre, pero nunca será desleal a su padre, incluso cuando esto signifique morir junto a él en la batalla. (1 Samuel 31,1-6).

Una interpretación mucho más detallada de estos personajes y acontecimientos bíblicos se puede encontrar en el comentario al primer y segundo libros de Samuel de Walter Brueggemann (Interpretation, John Knox Press).

Preguntas para la discusión y reflexión
  • ¿Qué amistad ha añadido una dimensión especial a tu vida?
  • ¿Por qué era necesario para Israel tener un rey?
  • Jonatán intentaba ser leal tanto a su amigo David como a su padre Saúl. ¿A qué dificultades te has enfrentado en la vida por lealtades dobles?
  • ¿Qué influencia debería tener la religión en la toma de decisiones políticas y civiles?

 

Este artículo fue originalmente publicado en el Arkansas Catholic el 12 de noviembre de 2011. Derechos de autor Diócesis de Little Rock. Todos los derechos son reservados. Este artículo podrá ser copiado o redistribuido con reconocimiento y permiso del editor.