2ª Estación: Jesús con la Cruz a Cuestas

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación

Por Cackie Upchurch, Antigua Directora, Estudio Bíblico de Little Rock



Un hombre quebrantado, arrestado y detenido para ser cuestionado, golpeado, azotado y condenado ahora carga su cruz en las calles terregosas de Jerusalén. Quizás miramos desde el borde de una tienda o protegemos a nuestros hijos mientras el hombre y los soldados pasan por la zona. Esta escena es una velada amenazadora para otros que desafiasen a las autoridades de este tiempo. "¡No dejen que esto les pase a ustedes!" Quizás aparecemos en la escena como uno de los soldados, cumpliendo el deber de castigar a un criminal y defendiendo la ley de la tierra. Nuestra postura comunica autoridad y decencia auto-asumida. "¡Esto nunca me pasaría a mí!" Quizás aparecemos como uno de los acompañantes más cercanos a Jesús o incluso como su madre. Su cuerpo ensangrentado y encorvado nos clama liberarlo de su carga, distanciarlo de los espectadores embobados y prevenir su crucifixión. "¡No puede estar pasándole esto a él!" Pero así fue. Y él no fue una víctima. Jesús tomó su cruz. La hipocresía e injusticia que él identificó se grabaron en esa cruz, al igual que la violencia y prejuicio que vino a borrar. Él la cargó con un propósito amoroso.