Renovación de Compromiso Diaconal 2025

Publicado: October 18, 2025

El Obispo Anthony B. Taylor predicó esta homilía el 18 de octubre, 2025, para la fiesta de San Lucas.


Obispo Taylor

En el evangelio de hoy, Jesús envía a 72 discípulos en una caminata. Ellos visitarán un montón de ciudades y van a acampar en el camino. 

Nosotros que somos excursionistas hoy lo planeamos todo cuidadosamente para no olvidar algo que necesitamos, pero Jesús les dice que vayan sin llevar "ni dinero, ni morral, ni sandalias"  — Dios proveerá todo lo que necesitan. A diferencia de nosotros que disfrutamos de la camaradería de otros excursionistas, Jesús dice: "no se detengan a saludar a nadie por el camino." Su caminata no es para recreación, es para proclamar un mensaje, un mensaje que no siempre será bien recibido. Esta es la primera vez en los Evangelios que Jesús envía a sus discípulos a proclamar la Buena Nueva de que "el reino de Dios está cerca." Lo primero que había que decir al entrar en la casa de alguien era "Que la paz reine en esta casa." Y sin embargo, a menudo se les trata con hostilidad. ¿Por qué fue eso? Y además ¿por qué continúa la Iglesia a enfrentar hostilidad, ahora de parte de la sociedad seglar y materialista de hoy? 

1) Una razón es que Jesús nos llama y nuestra nación a vivir de acuerdo a una ley superior. El Evangelio de Jesucristo es un Evangelio de la Vida enraizada en las verdades de la revelación divina y de la ley natural, y es lo contrario de los valores amorales de la actitud "vive y deja vivir" de muchos en el mundo de hoy. A pesar de lo que digan, las acciones de la mayoría de las personas muestran que esperan encontrar seguridad en las cosas de este mundo y felicidad en vivir como ellos quieren — pero cuando vivimos de esa manera, terminamos por sentirnos aun más inseguros que antes, porque la conciencia que Dios plantó en nosotros no nos permite encontrar la verdadera paz mientras nos empeñamos en vivir lo que en lo profundo del corazón sabemos es una mentira. Es por eso que los paganos de hoy buscan nuestra validación de sus actos inmorales por imponernos leyes destinadas a hacerlos parecer respetables, por ejemplo: el aborto en lugares donde seguirá siendo legal aun después de la decisión de la Corte Suprema de revocar Roe v. Wade. O políticas que fomentan miedo, por ejemplo, negando a la gente el derecho que Dios nos da de inmigrar cuando así requieren las circunstancias apremiantes. El Reino de Dios que Jesús proclama es contracultural y todos nosotros tenemos la obligación de proclamar la verdad de Dios, aun cuando no es muy popular. Desde el Evangelio de hoy nos enteramos de que la fidelidad a Jesús nos obliga a enfrentarnos a la hostilidad de los que prefieren vivir en la mentira que aceptar la verdad.

"...la fidelidad a Jesús nos obliga a enfrentarnos a la hostilidad de los que prefieren vivir en la mentira que aceptar la verdad."

2) Otra razón por que la gente nos rechaza es el mensaje de que Dios es el dueño de nuestro destino y de nuestros bienes — no nosotros: "¡Él tiene el mundo entero en sus manos!" Esto significa que aunque podemos y debemos planificar para el futuro, nadie tiene ningún control real sobre ese futuro  — ¡todo está en la última instancia en sus manos! Un día tendremos que dar cuenta de lo que hemos hecho con los muchos dones que Dios nos ha dado ¿Estamos haciendo con nuestra vida lo que Dios nos pide? En el Evangelio de hoy, Jesús envía a sus discípulos sin bolsa de dinero, sin saco y sin sandalias para enseñarnos que podemos confiar en que Dios nos proporcionará un medio para satisfacer nuestras necesidades... y por extensión, que debemos ser el medio por el cual se satisfacen las necesidades de los demás.

3) Y finalmente, aprendemos lo que debemos hacer cuando enfrentamos desilusión en el servicio del Señor. Simplemente debemos sacudirnos el polvo de los pies y seguir adelante. El polvo es algo poderoso. Parece pequeño, pero se puede acumular. Esas ciudades antiguas que excavan los arqueólogos están cubiertas con nada más que polvo que se ha acumulado con el tiempo. Jesús dice que la adversidad puede tener el mismo efecto en nosotros. Entonces, debemos sacudirnos el polvo de los pies, sacudirnos la decepción y el rechazo y seguir adelante.