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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: December 4, 2025
El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía el 2 de noviembre de 2025.

En este Día de Todas las Almas, recuerdo que hace años me dijeron que hubo un sacerdote en Oklahoma quien algunas veces iniciaba las Misas de funeral diciendo, en efecto, “Estamos reunidos aquí hoy para rezar por fulanito de tal, quien ha fallecido de esta vida y, si Dios quiere, ha llegado seguro al purgatorio”.
Como pueden imaginar, esto no fue muy bien recibido, pero captan la idea: rezamos por los muertos y creemos que los muertos pueden beneficiarse de nuestras oraciones. De hecho, esto es lo más diferente sobre los funerales católicos: venimos a rezar por los difuntos, no solamente para celebrar su vida, como si fuese lo único que hay. Comenzamos cada Misa, excepto las Misas de funeral, con el Rito Penitencial en el cual reconocemos que somos pecadores y pedimos a Dios que nos perdone. En los funerales todavía pedimos a Dios que nos perdone (en El Cordero de Dios y en otras partes) pero el Rito Penitencial es remplazado por el rito de recibimiento del cuerpo a la entrada de la Iglesia, esparciendo el cuerpo con agua bendita como recordatorio de nuestro bautismo, a través del cual el difunto fue liberado del poder del pecado y de la muerte, y las oraciones durante la Misa en las cuales reconocemos que — así como el resto de nosotros — el difunto era un pecador y ¡rogamos a Dios que lo perdone o la perdone! Lo que hace que se sienta muy raro cuando asistimos a un funeral que es más como una Misa de canonización en lugar de una Misa en la cual hemos venido a suplicar la misericordia de Dios por nuestro ser querido. Si las Misas de funeral de la Madre Teresa y de los Papas Juan Pablo II, Benedicto y Francisco incluyeron todos nuestras oraciones tradicionales pidiendo la misericordia de Dios, acaso ¿no hace sentido que el resto de nosotros que no somos tan evidentemente santos necesitemos un poco de la misericordia de Dios también?
También es por eso que tenemos el Día de Todas las Almas — que no encontrarán en aquellas Iglesias cuyos funerales son solamente celebraciones de una vida, sin pensar en que el difunto pueda beneficiarse de algunas oraciones. Y mientras rezamos espontáneamente por seres queridos difuntos en sus aniversarios luctuosos, hoy elevamos nuestras oraciones también por aquellos que tal vez no tengan a nadie que rece por ellos — ¡una hermosa expresión de la Comunión de los Santos! Rezamos por el bienestar espiritual de innumerables personas que pueden estar en el Purgatorio a quienes nunca hemos conocido, pero con quien estamos unidos en fe y en el Cuerpo Místico de Cristo: somos la Iglesia Militante, luchando todavía en contra de la maldad en esta vida, rezando por la Iglesia Sufriente en el Purgatorio, con la Iglesia Triunfante de aquellos que ya están en el Cielo intercediendo por todos nosotros y por las pobres almas en el Purgatorio.
"a saber, la muerte realmente no nos separa de ninguna manera definitiva o duradera."
Una de las cosas que he notado a lo largo de los años es que la gente de fe--y en particular, los católicos que realmente viven su fe--sufren el duelo de diferente manera, y la celebración de hoy apunta a uno de los motivos del porqué… a saber, la muerte realmente no nos separa de ninguna manera definitiva o duradera. Nuestra separación no solamente es temporal — algo que todos los cristianos reconocemos. Sino que también es solamente una separación física, porque espiritualmente no estamos separados del todo — por eso nuestras oraciones por los difuntos nos unen a través de los límites entre esta vida y la próxima, y la intercesión de los santos nos une también a través de los límites entre el Purgatorio y el Cielo.
Así que hoy, unidos con todos los ángeles y los santos, elevamos nuestras oraciones a Dios por el eterno descanso de aquellos que han partido antes que nosotros, para que tengan una parte eterna en la gloria del reino de Dios... ¡a la cual como cristianos ya pertenecieron en esta vida y en la cual todos esperamos compartir plenamente en la vida siguiente!