Obispo pide unión tras muerte de activista

Publicado: September 16, 2025

El Obispo Anthony B. Taylor emitió la siguiente declaración, titulada "Sobre la dignidad humana, la violencia política y el redescubrimiento de nuestros lazos humanos comunes", el 16 de septiembre de 2025.

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"Dados los eventos de los últimos días en nuestro país, sería difícil para quienes siguen las noticias no saber del reciente y horrendo asesinato y homicidio de Charlie Kirk — un cristiano, un activista político conservador, y un joven esposo y padre de dos hijos. Incluso si, como yo, no estaban familiarizados con él antes de los eventos de esta semana pasada, la mayoría hemos sido testigos de la angustia y la división que causó su asesinato.

"Esta devastación no se limita solamente a su esposa e hijos, familia y amigos, simpatizantes políticos y defensores de la libertad de expresión. Tal vez la devastación más preocupante han sido esos elementos de nuestra sociedad que se alegran en la ejecución pública y espantosa de otro hombre. Una ejecución que ocurrió a la vista de todos, y cuyo motivo subyacente parece haber sido el tener una diferencia en ideas.

"La alegría que algunos parecen derivar del sufrimiento, caída o incluso la muerte de un oponente no se limita a un lado u otro del espectro ideológico, incluso si se le ha puesto un enfoque particular últimamente.

"Algunos han exigido algún tipo de respuesta inmediata de mi parte. Pero, como en la mayoría de los temas, es importante escuchar, reflexionar y entender primero. Para estar seguro, algunas de las creencias del Sr. Kirk eran perfectamente consistentes con la enseñanza cristiana católica, mientras que otras no eran consistentes con nuestra visión católica mundial.

"Parte de la belleza de nuestra fe católica es que nuestra Iglesia es universal, mundial — nos une más allá de las fronteras de cualquier país o nacionalidad. De ahí una visión del mundo que algunas veces difiere fundamentalmente.

"Ustedes, los miembros de mi rebaño en esta Diócesis, saben que hablo frecuentemente sobre temas como la inmigración, la raza, la pobreza y la paz. Pero también saben que he predicado firmemente sobre temas como el aborto, o uniones del mismo sexo, o de las decepciones de la ideología de género. En esencia, ninguno de estos son temas conservadores o temas liberales. Son temas cristianos católicos. Y son temas de dignidad humana.

"Me preocupa que hemos ido en diferentes caminos, al extremo de ambos lados, donde ya no nos esforzamos en ver nuestra dignidad humana común — incluso si estamos en desacuerdo. No se trata solamente sobre el último acto de violencia política. Es una culminación de actos de violencia en contra de miembros de ambos partidos; en contra de las iglesias y escuelas; en contra de grupos de estudiantes en los campuses universitarios por su religión y etnicidad; en contra de grupos en los barrios por su ascendencia extranjera.

"Puede ser que mucha de esta violencia es simplemente parte de nuestra fallida condición humana — tan antigua como Caín y Abel. Pero no puede ser que nosotros, como seres humanos, dejemos de sentir empatía el uno por el otro en las dificultades diarias de cada uno. Cuando sólo vemos a nuestro oponente como un oponente — o al otro como el otro — perdemos de vista esos lazos humanos comunes que deberían unirnos de manera más integral que lo que podría parecer a primera vista.

"Son nuestros lazos humanos comunes los que deberían darnos empatía por los niños no nacidos en riesgo de aborto; por los indigentes y los enfermos mentalmente; por los inmigrantes que huyen de la opresión y las dificultades; por las víctimas de guerra, sin importar de qué lado estén.

"Mis hermanos y hermanas en Cristo, no importa de qué lado del pasillo político o del espectro teológico estén, les ruego que encuentren maneras de reconocer, honrar y valorar la humanidad común entre quienes los rodean. Incluyendo — especialmente — a quienes no piensan igual que ustedes, que no actúan igual que ustedes, que no se parecen a ustedes, o que no viven donde ustedes viven.

"Génesis nos dice que Dios creó a todos los seres humanos a su imagen y semejanza. Cada uno de nosotros lleva la huella de Dios. Esa huella nos concede una dignidad fundamental que nunca nos pueden quitar. Pero si la ignoramos, lo hacemos a riesgo de nuestro país, nuestra sociedad, nuestra humanidad y, en última instancia, de nuestras propias almas.

"En estos tiempos de angustia, división y discordia, exhorto a cada uno de nosotros a duplicar nuestros esfuerzos para ver la huella de Dios en todos y cada uno de nosotros. Presumir la caridad de los demás, en lugar de la malicia. Y ver a los demás a través de los ojos de Dios, quien contempló su creación y la llamó 'muy buena'.

"Sinceramente en Cristo,
+Anthony B. Taylor
Bishop of Little Rock"