Solemnidad de Cristo Rey de 2015

Publicado: November 22, 2015

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía durante la Misa de confirmación en la Iglesia de San José en Fayetteville el sábado, 21 de noviembre, 2015 y en la Misa para el Ministerio Universitario Católico en la Universidad de Arkansas Central en Conway el domingo, 22 de noviembre, 2015.


Obispo Taylor

Una de las cosas que hacemos para comprender realidades complejas es usar etiquetas; por ejemplo decimos que los Demócratas son liberales y los Republicanos conservadores. El problema es que las etiquetas necesariamente distorsionan la verdad. Conservador significa "desear conservar" todo como ya es, pero los Republicanos tienen muchas cosas que quieren cambiar.

Y liberal significa "generoso" pero en cuanto los Demócratas favorecen el aborto, no son generosos. Otras etiquetas serían llamar a los Republicanos "capitalistas" porque favorecen las grandes empresas, y a los Demócratas "secularistas" porque no quieren dar a los valores morales la fuerza de la ley.

Pero otra vez, nuestras etiquetas distorsionan, porque ambos partidos son capitalistas y secularistas — simplemente promueven matices diferentes del mismo capitalismo secularista que caracteriza toda nuestra sociedad de consumo, y que es la base de la economía global que el Papa Francisco ha denunciado en cuanto "guiado solo por la ambición de lucro y de poder," la que daña a los débiles y al planeta.

Los gobiernos terrestres vienen y van, pero el Reino de Dios es para siempre. Las naciones terrestres tienen fronteras, pero el Reino de Dios es sin límites.

Y es por eso que ha llamado a los líderes mundiales a dejar a un lado su postura ideológica a nombre de "un grado superior de sabiduría." Nuestros dos partidos americanos son parecidos entre ellos porque ambos pertenecen al reino de este mundo y por eso promueven políticas que son lo opuesto de lo que enseñó Jesús y proclama la Iglesia.

En los Evangelios, Jesús proclama los valores del Reino de Dios, que son muy diferentes de los del reino de este mundo. ¿Y qué nos dice del reinado de Jesús? Tres cosas: 1.) es eterno, 2.) es universal, y 3.) está fundado en la verdad.

Los gobiernos terrestres vienen y van, pero el Reino de Dios es para siempre. Las naciones terrestres tienen fronteras, pero el Reino de Dios es sin límites territoriales, lingüísticos o raciales, sin fronteras de ninguna clase. Y al contrario de la política norteamericana, todo en el Reino de Dios es verdadero, sincero y justo. En el Evangelio de hoy Jesús le dice a Pilato que al contrario del Imperio Romano, el Reino de Dios "no es de este mundo."

Está en el mundo: Jesús vino "al mundo para ser testigo de la verdad," pero no es de este mundo. Ya está establecido: Nuestra segunda lectura del libro del Apocalipsis dice que Jesús "nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino."

Pero será plenamente manifiesto solo el día de su Segunda Venida "entre las nubes" en gloria, cuando "todos lo verán." Ese día, en las palabras de Daniel, "todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servirán" en un reino que "jamás será destruido."

Nosotros fuimos incorporados en este Reino celestial el día de nuestro bautismo, cuando fuimos liberados del poder del Reino de este mundo, del poder del pecado y la muerte, y dado una parte provisional en el Reino de Dios.

Pero ese Reino será manifiesto plenamente en nosotros solo si nos damos completamente al cumplimiento de la voluntad de Dios y a la promoción de su Reino aquí y ahora, en la medida que podemos. Si no, perderemos nuestro puesto — que es todavía provisional — en su Reino … ¿se acuerden de Judas?