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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: October 26, 2014
Este es el 8º artículo de una serie de catorce
Por Clifford M. Yeary
Director Asociado, Estudio Bíblico de Little Rock
María aparece en los cuatro evangelios y está presente en el cenáculo con los apóstoles en el Libro de los Hechos el día de Pentecostés. El modo en que se presenta en cada uno de los cuatro evangelios nos ofrece imágenes de ella distintas, pero complementarias. Para seguir de cerca cómo se la retrata, es interesante comenzar por sus apariciones en Marcos, el primero de los cuatro evangelios y luego comprobar el crecimiento en la valoración de María que se desarrolla en los siguientes evangelios.
Marco es coherente a través de su evangelio. El ministerio de Jesús se centra en formar discípulos fieles, pero todos sus discípulos no logran comprender que seguirle significa llevar una cruz, ¡porque su propio ministerio terminará en la cruz! En Marcos, incluso la familia de Jesús tiene que aprender que no se permitirá que nada interrumpa su objetivo de proclamar el evangelio, formar a los discípulos con su enseñanza y aceptar su muerte inevitable en la cruz.
Sin un relato de nacimiento, Marcos nos muestra a una María cuyo hijo, Jesús, ya está activo en el ministerio, pero la familia de Jesús está temerosa del tiempo de atención que está atrayendo. Quizá presientan que su ministerio se está acarreando enemigos. Puede ser para salvarle de sí mismo que dicen, "ha perdido la cabeza" (Marcos 3,20-21) La familia de Jesús tiene miedo de que haya perdido los papeles, por así decir.
No se nos dice directamente que María estuviera de acuerdo con su opinión, pero poco después en Marcos, María y estos familiares varones (a los que se refiere el evangelio como los hermanos de Jesús) llegan a la cada donde está enseñando Jesús y tratan de que desista y salga con ellos (3,31-32). Jesús no les hace caso, diciendo sin embargo, que lo que están dentro escuchando su enseñanza "son mi madre y mis hermanos."
Mateo y Lucas son los únicos evangelios que narran el nacimiento de Jesús y ambos nos dicen que María era Virgen y que concibió a Jesús por el poder del Espíritu Santo (Mateo 1,18-23; Lucas 1,26-35). Pero el relato de Mateo de la natividad nos dice menos de María de lo que nos dice sobre José. Es Lucas, de hecho, quien nos da más información sobre María que ningún otro evangelio.
Lucas también sabe que quienes escuchan y guardan las palabras de Jesús son su verdadera familia (8:19-21). Desde el principio, María es la discípula ideal. Ha sabido desde el principio que Jesús "será grande y será llamado Hijo del Altísimo" (1,31-33). Pero no sabe cómo se va a desarrollar todo. En la presentación del Niño Jesús en el Templo, el profeta Simeón le dice a María que Jesús va a causar conflicto en la vida de Israel y en su propia vida también (Lucas 2,34-35)
De hecho, el conflicto con Jesús en la vida de María empieza a surgir cuando tiene Jesús doce años y abandona a María y José en su viaje de regreso de Jerusalén, para conversar con los líderes religiosos del Templo. Aunque María no comprende por qué Jesús dice y hace algunas de las cosas que hace, guarda sus palabras y sus obras en el corazón (Lucas 2,41-52).
El Evangelio de Juan trata a María como figura icónica. Jesús se dirige a ella como "mujer" tanto al principio de su ministerio en Caná y antes de su muerte en el Calvario. En la boda, ella le dice a su hijo: "No tienen vino". Jesús responde, "Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora." Pero María parece intuir que su preocupación le afectará a él. "Hagan lo que él les diga," dice María a los siervos de la boda (Juan 2,3-5).
Después de la boda, ella viaja con Jesús y sus discípulos a Cafarnaún, pero Juan no vuelve a mencionarla hasta que aparece con "el discípulo amado" al pie de la cruz. Sólo Juan indica que Jesús les da a María, a quien de nuevo llama "mujer" y a este discípulo no nombrado, el uno al otro como madre e hijo (19,25-27).
¿Qué podemos pensar de la importancia de estas dos apariciones de María en Juan? Los expertos han sugerido que la unión de María, la "mujer" en la boda y al principio del ministerio de Jesús y su lugar en la nueva familia de Jesús al final de su ministerio, donde de nuevo es llamada "mujer," refleja a María como la nueva Eva, la madre de una nueva creación, la familia de una humanidad renovada en Cristo.
Este artículo fue originalmente publicado en el Arkansas Catholic el 11 de mayo de 2013. Derechos de autor Diócesis de Little Rock. Todos los derechos son reservados. Este artículo podrá ser copiado o redistribuido con reconocimiento y permiso del editor.