3º Domingo de Adviento, Año B

Publicado: December 13, 2020

El Obispo Anthony B. Taylor preparó esta homilía pero dio positivo a la prueba de COVID-19 y estuvo en cuarentena cuando se hubiera predicado el domingo, 13 de diciembre, 2020.


Obispo Taylor

Una característica de la Biblia es que encontramos a menudo diferentes versiones de la misma historia y bien que los detalles varían, el contenido es siempre la verdad.

Por ejemplo, en el Evangelio de hoy Juan Bautista dice que él es el precursor a un fuerte salvador que está por llegar, lo mismo que dijo Marcos el domingo pasado, y ambos Evangelios citan la misma profecía de Isaías, pero la puntuación de su texto difiere del hebreo original, y el cambio de puntuación cambia lo que está en el desierto.

En Isaías el camino está en el desierto: "Una voz clama: En el desierto preparen el camino del Señor," mientras en los Evangelios es la voz que está en el desierto: "Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor." ¡Y ambos son la verdad!

¿Qué nos dice Dios hoy? ¿Qué del desierto en que nosotros vivimos? No es un desierto de arena ni piedra, pero sin embargo es un desierto: vidas mal cimentadas en la arena, corazones de piedra, cautivos de adicciones, ignorancia, estupidez, egoísmo y todos los demás vicios, perdidos en un baldío que ellos mismos han hecho, personas que añoran liberación y sanación, que buscan en las tinieblas un camino de salida.

En Isaías la voz es Dios; en los Evangelios la voz es Juan Bautista. ¡Y ambos son la verdad! Juan da voz al mensaje de Dios. Y así Dios anuncia nuevas verdades por medio de textos viejos. Los auditores originales de Isaías eran cautivos en Babilonia. A ellos Dios dice que regresarán a Jerusalén por el desierto ¡y así sucedió, en 521 A.C.!

Y luego en los Evangelios Dios usa de nuevo las antiguas palabras de Isaías para anunciar una nueva verdad: que hay una voz en el desierto (Juan Bautista) que nos prepara la llegada de su Salvador. Y claro que Dios sigue siendo capaz de usar viejos textos para anunciar nuevas verdades: Dios sigue anunciándonos — por medio de la Iglesia y la Biblia — las verdades que debemos escuchar hoy.

"Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor." ¿Qué nos dice Dios hoy? ¿Qué del desierto en que nosotros vivimos? No es un desierto de arena ni piedra, pero sin embargo es un desierto: vidas mal cimentadas en la arena, corazones de piedra, cautivos de adicciones, ignorancia, estupidez, egoísmo y todos los demás vicios, perdidos en un baldío que ellos mismos han hecho, personas que añoran liberación y sanación, que buscan en las tinieblas un camino de salida.

¿Cómo preparar el camino del Señor hoy? El arrepentimiento es un buen primer paso, pero va a tomar mucho más que sólo buenas intenciones. Más tarde Juan Bautista dirá que hay que "producir los frutos de una sincera conversión" ... lo que significa no solo pedir perdón de nuestros pecados personales, sino también eliminar esos males de nuestras vidas y de nuestra sociedad.

¿Y qué de nuestro propia lucha contra el pecado? Podemos buscar perdón sacramental por todas nuestras fallas en el confesionario, pero aun allí no basta sólo DECIR que nos arrepentimos. Para hacer una confesión buena y válida, hay que tener el "firme propósito de enmendar la vida," no volver a pecar, cambiarse completamente, y como dice Juan Bautista: ¡producir frutos de una sincera conversión!

El arrepentimiento no es arrepentimiento a menos que produce un cambio interno, lo que es el fruto de arrepentimiento. Es de eso que clama la voz de Dios en el desierto de hoy: llamándonos a cambiar primero nuestra vida y luego trabajar para cambiar la vida de los demás ... es así que continuamos la obra de Juan Bautista de preparar el camino del Señor en el día de hoy.