26º Domingo del Tiempo Ordinario, Año C

Publicado: September 25, 2016

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía durante las Misas de confirmación en la Iglesia de San Agustín en Dardanelle y Iglesia de San Andrés en Danville, el domingo 25 de septiembre de 2016.


Obispo Taylor

¡Ay de los que se sienten seguros en Arkansas! ¡Recostados en sus camas king size — tamaño rey — reclinados en sus sofás, comen ricas asadas y toman sus cervecitas y usan desodorantes; pero no se preocupan por el maltrato de los demás seres humanos. ¡Serán los primeros a ser castigados, su vida de lujo está por terminar!

Es básicamente eso que dice Dios por el Profeta Amos traducido a la vida de hoy:

¡Ay de ustedes, los que se sienten seguros en Sión! Se reclinan sobre divanes adornados con marfil (camas tamaño rey) comen los corderos del rebaño y las terneras en engorda (ricas asadas). Canturrean al son del arpa, creyendo cantar como David. Se atiborran de vino y se ponen los perfumes más costosos (desodorantes) pero no se preocupan por las desgracias de sus hermanos. Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos y se acabará la orgía de los disolutos — su vida de lujo está por terminar.

Nosotros en los Estados Unidos vivimos cómodos en parte debido al maltrato de otros, y no sólo aquellos que trabajan como esclavos en los talleres lejanos de China e India para producir productos baratos de consumo, sino también aquí en Arkansas.

Y claro que el punto del mensaje de Dios por medio de Amos es el mismo que el mensaje de Jesús en su parábola del hombre rico y Lázaro en el Evangelio de hoy: abre tus ojos, tu corazón y tu cartera a las necesidades de los pobres y oprimidos hoy, mientras todavía hay tiempo — porque si no, Dios te castigará en este mundo y en el mundo que viene.

Nosotros en los Estados Unidos vivimos cómodos en parte debido al maltrato de otros, y no sólo aquellos que trabajan como esclavos en los talleres lejanos de China e India para producir productos baratos de consumo, sino también aquí en Arkansas.

Ya he hablado en otras ocasiones sobre los derechos humanos y el derecho que Dios nos da para inmigrar cuando las circunstancias la requieren. Denuncio la inhumanidad de aquellos que promueven leyes que harán aun más difícil la vida de al menos 12 millones de las personas más pobres en nuestro país sin cuyo trabajo nuestra economía se derrumbaría, y sigo promoviendo una reforma migratoria comprensiva para corregir las injusticias de que nuestra nación es culpable, y crear un sistema que refleja las realidades económicas y sociales que producen mucha inmigración.

Pero en nuestra primera lectura de hoy, el profeta Amos me recuerda que hay otro aspecto del asunto de que no se habla casi nunca, a saber: ¡muchos de los dueños de empresas yo están contentos con la situación actual, tal como es! 12 millones de trabajadores que ellos pueden explotar fácilmente porque no tienen papeles.

No quieren que se apliquen las leyes migratorias porque necesitan a los trabajadores, y no quieren que se las cambien porque tendrían que pagarles más — y en eso los trabajadores americanos tienen una queja muy legítima: esta fuerza laboral mal pagada hace rebajar también a sus salarios. Una reforma migratoria justa y comprensiva borraría esa disparidad y así beneficiaría a todos los trabajadores, no sólo los inmigrantes.

Por ejemplo, hace algunos años hablé con algunos trabajadores en las granjas de pollo en Arkansas y aprendí que a algunos de ellos se les pagaba $200 y a otros $280 por semana, a veces con provisión también de alojamiento muy rudimentario. Eso es menos del salario mínimo legal, sobre todo cuando tomamos en cuenta que a menudo trabajan mucho más que 40 horas por semana.

Pero no tienen otras opciones y la vida era aun más dura en su país de origen, y claro que tienen que proveer para sus familias, así que aguantan esta explotación y tu y yo beneficiamos de ella en la forma de pollo barato en la tienda. Y eso es sólo un ejemplo — aquí mismo en Arkansas.

¡Ay de los que se sienten seguros en Arkansas! ¡Recostados en sus camas tamaño rey, comen ricas asadas y toman sus cervecitas y usan desodorantes; pero no se preocupan por el maltrato de los demás seres humanos. ¡Serán los primeros a ser castigados, su vida de lujo está por terminar!