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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: May 31, 2025
El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Catedral de San Andrés en Little Rock el sábado, 31 de mayo de 2025. Está basada en las siguientes lecturas: Jer 1:4-10, Ps 23, Phil 2:1-13 y Jn 21:15-19.
Joel, en el Evangelio elegido para tu ordenación, Jesús le pregunta a Pedro tres veces si le ama. Pedro dice que "sí" y Jesús responde con, "Entonces apacienta mis corderos ... apacienta mis ovejas" por medio del cual, Pedro mostrará que su amor es genuino, no sólo de palabras.
Pues hoy tengo hoy el gran honor de ordenarte para tomar tu lugar en el cuidado del rebaño del Señor, al cuyo llamado has respondido con amor y valentía. Y ya sabes que para ser un buen pastor, debes estar dispuesto a enfrentar adversidades y aun morir por las ovejas, como Pedro y como él cuyo alter ego — "Alter Christus" — ahora serás.
Como dije acerca de este mismo Evangelio en otras ordenaciones, esta imagen funciona cuando hablamos del trabajo de guiar el rebaño, pero no funciona cuando nos enfocamos en el comportamiento de las ovejas. Las verdaderas ovejas, las de cuatro patas, no son muy listas y hay que pincharlas y forzarlas a continuar en el rumbo justo.
Al iniciar tu ministerio sacerdotal, te insto a venerar el pueblo que sirves ... de hecho, les servirás mejor al capacitarles para contribuir sus dones, poniéndote a sus órdenes — ¡y no a la inversa! La Iglesia en Arkansas necesita a sacerdotes que guíen por medio de su ejemplo, que reverencian los dones espirituales y ministeriales de aquellos que Jesús nos manda a servir.
Pero las personas a quienes tu servirás como sacerdote no son ovejas brutas — Dios les ha dotado con muchos dones de intelecto, muchos talentos que tú y yo no tenemos. Y también les ha bendecido con entrega sincera a Jesucristo y a su Iglesia. Son nuestros “colaboradores en la viña.”
Así que, al iniciar tu ministerio sacerdotal, te insto a venerar el pueblo que sirves ... de hecho, les servirás mejor al capacitarles para contribuir sus dones, poniéndote a sus órdenes — ¡y no a la inversa!
La Iglesia en Arkansas necesita a sacerdotes que guíen por medio de su ejemplo, que reverencian los dones espirituales y ministeriales de aquellos que Jesús nos manda a servir.
Nuestra Iglesia debe caracterizarse por compañerismo y no coacción, por discurso inteligente y no edictos impuestos desde arriba; de ideas y valores, no sólo reglas legales. Noventa y nueve por ciento de las veces tu ministerio te obligará a guiar pero no forzar; inspirar y no avergonzar; animar en lugar de regañar a las ovejas — y tal vez nunca se presentará ese uno por ciento de las veces cuando hay que regañar, si ellos saben sin sombra de duda que les amas y les reverencias.
El amor se manifiesta en muchas maneras. Una es tratando a otros con compasión, y no juzgarlos ni a ellos ni sus motivos — sobre todo en esos momentos desconcertantes cuando se presentan circunstancias lamentables.
El amor se manifiesta también por el modo que vemos y reverenciamos a Cristo en aquellos que servimos, sobre todo esas ovejas de alto mantenimiento que hay en todas las parroquias — los pobres, los enfermos, y aquellos que tienen necesidades espirituales especiales. Eso se vuelve más fácil en la medida que reconocemos que también nosotros tenemos necesidades espirituales especiales, que también nosotros somos en algunos respectos pobres y enfermos — "Si no fuera por la gracia de Dios, ¡allí voy yo!"
Aquí en Arkansas, nuestro amor se manifiesta también en la bienvenida que damos a los forasteros entre nosotros, sobre todo los inmigrantes — cuyas circunstancias difíciles tú conoces muy bien. Una parte importante de tu trabajo será el esfuerzo de fomentar comprensión, amor y respeto entre todos aquellos que Jesús confía a tu cuidado.
Nuestra diócesis es un mosaico vivo de gente diversa de muchos orígenes étnicos y varios idiomas — parecido a un vitral de muchos colores cuya hermosura verdadera brilla plenamente sólo cuando está iluminada por la luz del amor mutuo — cuando se deja que nuestra variedad de culturas y razas resplandezca brillantemente. La parroquia donde empezarás tu ministerio es un ejemplo excelentes de esto.
Como dice muy acertadamente San Benito — en cuyo espíritu has sido formado en San Meinrad — tú debes “arreglarlo todo para que los fuertes estén inspirados a luchar por metas altas mientras los débiles no tengan nada que temer.”
Joel, al ser ordenado tu vida cambiará — ¡para siempre! En modos que todavía no sabes, pero conforme a la voluntad de Dios. ¡Al empezar tu ministerio, te exhorto a reverenciar a Cristo quien viene a ti en el pueblo que sirves!