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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: May 26, 2015
Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Iglesia de San Bonifacio de Fort Smith el martes 26 de mayo de 2015.
"Si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto."
En el Evangelio que acaban de escuchar, Jesús habla de su "hora." La "hora" de su glorificación, levantado de la tierra, atrayendo a todos a sí mismo —muriendo levantado en la cruz. ¿Cómo le glorificará esa muerte horrible?
José, tú sabes más que la mayoría de nosotros cómo glorificar a Dios por abrazar la cruz con amor abnegado. Escribiste en tu autoevaluación más reciente: "Creo firmemente que si yo me entregue a la voluntad de Dios, y no desee nada más que a Cristo, Dios llevará a la perfección todo lo que he iniciado hacia mi vocación al sacerdocio."
Satanás puede hacer su peor —puede causar terribles accidentes — y como con Jesús, puede parecer que nos haga mucho daño, pero no puede prevalecer si estás unido plenamente al Señor.
Y continúas: "Yo le doy a Dios las gracias por mi sordera y mi discapacidad visual, porque estos me han enseñado a escuchar y ver con el corazón. Acepto que él me fracturó para que no pueda huir de su llamado y sólo caminar hacia él como un testigo vivo de su bondad, amor, misericordia y poder, ¡digno de ser alabado, adorado y glorificado para siempre!
"Dios permitió que se me impidiera la memoria para enseñarme que él es el único que puede llenar mi vacío para que así yo gane sabiduría; él permitió que se me obstruya el aparato digestivo para que yo tenga apetito únicamente por su palabra; y él sigue infligiéndome dolor para que me recuerda de su propio sufrimiento y para que esto me sirva como una invitación personal a la santidad. Yo tomo y ofrezco mi totalidad fragmentada, postrado al pie de la cruz, para ser suyo, en entrega total de servidumbre."
José, tus palabras se hacen eco de las de Jesús! "Si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto."
En el caso de Jesús, las autoridades romanas aplicarán su poder político y militar, pero su condenación no puede quitarle la vida a Jesús porque ya es muy tarde: ya la ha ofrecido libremente — y por lo tanto, ya no la quitan contra su voluntad. Los líderes religiosos harán todo lo posible para callar a un hombre que proclamó verdades que minaron su autoridad y desenmascararon su hipocresía, pero cuando se trataba de la palabra de Dios, Jesús nunca dejó que lo callaran. Siguió proclamando la verdad de Dios sin inmutarse. Jesús glorificaba a Dios porque siempre buscaba agradar a Dios en todo lo que hacía.
Y tú quieres vivir como él. Tú glorificas a Dios por abrazar tus cruces con amor abnegado como lo hizo Jesús. De esta manera, cumplirás la misión que Dios te ha dado y harás tu parte para romper el poder del pecado y de la muerte en el mundo en que vivimos hoy. Satanás puede hacer su peor —puede causar terribles accidentes — y como con Jesús, puede parecer que nos haga mucho daño, pero no puede prevalecer si estás unido plenamente al Señor.
Y lo mismo vale en cuanto las adversidades que enfrentarás en el servicio del Señor. Si ofreces tu vida plena y libremente al Señor, no la puede quitar nadie porque ya es muy tarde, porque ya la has sacrificado. Si proclamas la verdad de Dios sin inmutarte, no podrá callarte nadie. Sí, conduce hacia la cruz, ¡pero está allí dónde se radica el poder de Dios y es por abrazar la cruz con amor abnegado que glorificamos a Dios!
"Si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto."