Domingo de Ramos 2025

Publicado: April 13, 2025

El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la parroquia de Catedral de San Andrés en Little Rock el domingo, 13 de abril de 2025.


Obispo Taylor

La celebración de hoy tiene dos evangelios y dos nombres porque combina dos eventos. El primer nombre es Domingo de Ramos, en el que marcamos la entrada aparentemente triunfante de Jesús en Jerusalén, aclamado como rey, honrado como el Hijo mesiánico de David, recibido con ramas cortadas de árboles y hosannas en los labios de la gente.

Pero luego comienza la Misa y tenemos el segundo nombre: Domingo de la Pasión, en el que marcamos la aparente derrota de Jesús. Traicionado y abandonado por los mismos hombres que, en retrospectiva, acababa de instituir horas antes como los primeros sacerdotes, al mismo tiempo que instituía la Eucaristía de su cuerpo y sangre en la Última Cena.

Arrestado por blasfemo, condenado por insurrecto, todavía aclamado como rey, pero ahora sólo como burla por parte de sus torturadores. Ya no hay mantos en el suelo para honrarlo, ahora lo despojan de sus vestiduras para deshonrarlo. Las únicas ramas de los árboles ahora son el madero de la cruz a la que será clavado y de la que sufrirá la muerte más dolorosa e ignominiosa posible en ese momento.

Al comenzar esta Semana Santa, levantamos las palmas para recordarnos lo volubles que somos. Honramos al Señor un día y, sin embargo, somos capaces de traicionarlo al día siguiente.

Ya no hay hosannas en boca de la gente, sólo abuso verbal. En Mateo y Marcos sus últimas palabras son: "Eli, Eli, lema sabactani? (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)"

Y, sin embargo, ¡ese fue el verdadero momento del triunfo! Como declaró el centurión: "¡Verdaderamente éste era el Hijo de Dios!"

Al comenzar esta Semana Santa, levantamos las palmas para recordarnos lo volubles que somos. Honramos al Señor un día y, sin embargo, somos capaces de traicionarlo al día siguiente.

Por esta razón, las cenizas que recibimos al inicio de la Cuaresma fueron hechas de ramas de palma del año anterior, quemadas para recordarnos del llamado de Jesús al arrepentimiento y del hecho de que volveremos al polvo — el pecado y la muerte, los cuales hicieron su peor el Viernes Santo, pero Jesús resucitará victorioso sobre ambos el Domingo de Pascua, en cuyo día recordamos con inmensa gratitud la participación que nos ofrece en su victoria!