Ordenación Diaconal de Nelson Rubio

Publicado: December 17, 2016

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Hot Springs Village el sábado, 17 de diciembre de 2016.


Obispo Taylor

Nelson, eres un hombre valiente por haber elegido esa primera lectura para tu ordenación diaconal en una comunidad de jubilados como Hot Springs Village. ¡Los ancianos Abraham y Sara se enteran de que están a punto de tener un bebé!

El texto dice que Sara se rió y dijo despectivamente: “Siendo yo tan vieja y marchita” — eso no es lo que las personas jubiladas quisieran que les recordaran — “ y mi marido un anciano, ¿podré experimentar el placer?"

Nelson, recuerda, ¡tú estás a punto de prometer celibato! Pero claro, haciendo el humor a un lado, esta historia realmente significa que Dios cumplirá sus promesas. Él les había prometido a Abraham y a Sara que ellos tendrían un hijo, y ahora su promesa está a punto de cumplirse inesperadamente a través del nacimiento de Isaac. Dios cumple sus promesas y así su gran misión salvadora continúa desarrollándose.

Nelson, como diácono te comprometes a servir a los demás como lo hizo Jesús — con amor abnegado. Si tú haces la voluntad de Dios alegremente, generosamente y valientemente, el brillo de la luz emanando de tu ministerio crecerá más y más.

El Evangelio que elegiste es inspirador también. Esta es la primera vez que recuerdo que alguien haya elegido la historia de Marta y María para su ordenación.

¿Con cuál de las dos te identificas? Sé que a pesar de tus limitaciones físicas, tú trabajas arduamente como Marta quien estaba muy ocupada con todos los quehaceres de hospitalidad. Y tú obviamente eres una persona de oración como María, quien se sentó a los pies de Jesús para escuchar sus palabras.

Así que deduzco que elegiste esta lectura para recordarte a ti mismo y a nosotros que hay un cierto equilibrio que debe implementarse en el ministerio ordenado. Lo que los Benedictinos llaman “ora et labora” aunque a menudo esa "labora" se refieren al trabajo manual.

Pero de cualquier manera, fíjate que la oración — “ora” — viene antes de “labora”. Y el propósito de esta oración no es sólo para adorar a Dios o para hacer peticiones a Dios, ni siquiera para discernir lo que Dios quiere que hagamos-seguir órdenes, por decirlo así — aunque por supuesto todo esto está incluido. Sino más bien esa "ora" es con el propósito de conocer a Jesús mismo, personalmente, como tu compañero y amigo constante.

Dedica tiempo a sus pies como lo hizo María, pásala con él lo más que puedas — una hora al día, una Hora Santa diaria — y conocerás bien a Jesús, cómo piensa, y una amistad con él continuará a profundizarse dentro de ti lo cual te transformará de maneras inesperadas, de maneras que nunca pudiste planificar pero las cuales serán obvias para todos los que te conocen.

Y desde luego ya que con Guillaume-Barré sentarse por largos periodos de tiempo puede ser doloroso, estar de pie ante su presencia o incluso acostarte en el suelo a sus pies en vez de sentarte es perfecto. Lo importante es dedicar tiempo con él cada día. Y como tú ya sabes por tu experiencia en el seminario, con Guillaume-Barré tú también tendrás que ajustar la carga de tu trabajo y tus expectativas de trabajo a la realidad de tu condición física.

Si lo haces, tu ministerio dará fruto verdaderamente. Como todos sabemos, algunos de nuestros sacerdotes más eficaces e inspiradores viven con un dolor crónico y con limitaciones físicas que aumentan cada día. Todo lo que pide el Señor es que le sirvas  con amor sacrificial.

Nelson, como diácono te comprometes a servir a los demás como lo hizo Jesús — con amor abnegado. Si tú haces la voluntad de Dios alegremente, generosamente y valientemente, el brillo de la luz emanando de tu ministerio crecerá más y más. Quiero que sepas cuán orgullosos estamos de ti y cuán agradecidos estamos por haber venido desde Venezuela para servirnos.

También quiero que sepas de las grandes esperanzas que tenemos para ti y para tu ministerio. Puedo asegurarte del amor y apoyo de tus hermanos en el ministerio y del pueblo de Dios en general — ¡tú ya lo sientes tan palpablemente en el amor y apoyo del pueblo de Hot Springs Village!

Y en el apoyo de los que han viajado desde Milwaukee para acompañarnos hoy — ¡gracias por su presencia! ¡Que Dios te fortalezca en el compromiso que haces hoy! ¡Y espero con gusto el día, no tan lejano, cuando podré ordenarte no sólo como diácono, sino como sacerdote también!