Ordenación Sacerdotal del Diác. Martín Amaro

Publicado: May 11, 2019

El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Basílica de San Pedro en Roma el sábado, 11 de mayo de 2019. Está basada en las siguientes lecturas: Jer 1:4-9; Salmos 96; 2 Cor 5:4-20; y Jn 21:15-17.


Obispo Taylor

De los siete sacramentos, hay sólo dos que generalmente están reservados para mí como obispo: la confirmación y la ordenación; y obviamente, todos a quienes ordeno han recibido los siete dones del Espíritu Santo en el sacramento de la confirmación.

Yo confirmo alrededor de 2,000 jóvenes al año en alrededor de 55 ceremonias y luego sólo tengo que confiar en el Señor que estos jóvenes aprovechen los dones del Señor que ellos han recibido.

A lo largo de los últimos 10 años he pasado mucho tiempo con nuestros seminaristas, viviendo con seminaristas que están en el colegio en nuestra Casa de Formación, y he tenido el privilegio de verlos poner en práctica los dones que han recibido.

Tú tuviste una experiencia conmovedora del amor de Dios en un retiro de Búsqueda y sentiste el Llamado de Dios en un Retiro de “Vengan y Vean” como estudiante en tu último año de preparatoria. Con eso desprendió tu vocación, y desde entonces, una y otra vez, has vivido lo que escribiste en el comienzo de tu historia vocacional: “El Señor proveerá”.

Pero en ningún lugar ha sido tanto el caso como contigo, Martin, a pesar del hecho de que sólo he podido visitarte a lo mucho una vez al año. Tú iniciaste tu historia vocacional en el sitio Web de la Diócesis de Little Rock con una cita de Génesis 22, 14 que resume todo para mí … tres palabras sencillas: “El Señor proveerá”.

Eso expresa la confianza en Dios la cual te permitió dejar tu hogar a la edad de 17 para ingresar al seminario en Monterrey, sin ninguna garantía de que pudieras regresar — y aunque tenemos mucha esperanza, ocho años después, todavía no sabemos. Pero una cosa que sí sabemos es que “el Señor proveerá”.

Pero hoy quisiera expandir en esa idea para recordarnos de algo inclusive más profundo: de qué manera como sacerdote Dios te usará como un instrumento de su providencia para los demás. Tú fuiste bautizado y confirmado por tu propio bien, pero serás ordenado como sacerdote para el bien de los demás. El Señor no sólo proveerá para ti, sino que también proveerá para los demás a través de ti y vemos esto en las lecturas que has elegido para tu ordenación.

En nuestra primera lectura de Jeremías vemos que Dios tiene una misión para este profeta en su plan incluso desde antes de que naciera y ahora ha llegado el momento para que inicie la misión para la cual el Señor lo ha preparado. “Porque tú irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No temas delante de ellos, porque yo estoy contigo para librarte – oráculo del Señor “.

Si el Señor cierra una puerta, él abre otra y así se expande el Evangelio. Tú eres un hombre de fe a quien el Señor ha concedido los dones del Espíritu de conocimiento y fortaleza el día de tu confirmación. Tu valor y confianza — tu confianza en que el Señor proveerá — ¡me inspira!

Y luego en la lectura que elegiste del Evangelio de Juan, Jesús confía el cuidado de su rebaño a Pedro — y por extensión a ti y a mí — con las palabras que hicieron claro que nuestro ministerio es una labor de amor.

Éste es el pasaje donde Jesús rehabilita a Pedro, invitándolo a remplazar sus tres negaciones el Viernes Santo con tres promesas de su amor. Pero la manera en que él — y nosotros — debemos expresar nuestro amor — y demostrar que nuestra rehabilitación es real — será cuidando del rebaño que el Señor ha confiado a nuestro cuidado.

Para lograrlo, tendrás que valerte de los otros cinco dones del Espíritu: sabiduría, consejo, piedad, temor del Señor — y ciencia — después de todo, ¡estás al punto de terminar unos 20 años de educación en tres idiomas diferentes!

Martin, como Jeremías, el Señor te ha llamado a ir a dondequiera que él te envíe y a hablar las palabras que él coloque en tu boca. Como Pedro, el Señor te está confiando el cuidado de su rebaño. El Señor te ha preparado para esto de muchas maneras.

Él te ha dado una familia amorosa y llena de fe. Tú has vivido la inmigración y el desafío de adaptarte a la vida en una cultura muy diferente. Tu crecimiento espiritual fue fomentado en tu parroquia y a través de los sacramentos, especialmente la Eucaristía y confirmación.

Tú tuviste una experiencia conmovedora del amor de Dios en un retiro de Búsqueda y sentiste el Llamado de Dios en un Retiro de “Vengan y Vean” como estudiante en tu último año de preparatoria. Con eso desprendió tu vocación, y desde entonces, una y otra vez, has vivido lo que escribiste en el comienzo de tu historia vocacional: “El Señor proveerá”.

¡Él ha proveído para ti de muchas maneras y ahora como sacerdote él te usará para proveer para los demás!