28º Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

Publicado: October 15, 2017

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Iglesia Ntra. Sra. de Fátima de Benton y el Catedral de San Andrés de Little Rock el domingo de 15 de octubre de 2017.


Obispo Taylor

Todas las parábolas de Jesús son comparaciones. La del Evangelio de hoy dice: "El Reino de los cielos es semejante a ..." y luego Jesús lo compara a una fiesta de bodas. Pero claro que hay que comprender la conexión para entender lo que quiere decir.

Las historias que hacen un solo punto de comparación son parábolas; las que hacen múltiples comparaciones se llaman alegorías — y tenemos ambas en esta parábola de la Fiesta de Bodas. De hecho, lo que tenemos son tres historias independientes que fueron más tarde entretejidas para formar lo que tenemos ahora.

1.) Primero hay el armazón general del relato de un rey que cita a personas a la fiesta de bodas de su hijo. Aquí dice que llama a "los invitados," pero todos saben que cuando el rey invita, hay que venir ... excepto que estos necios le dan excusas, así que cita a la gentuza de las calles para tomar su lugar.

La enseñanza de Jesús del Reino de Dios sigue siendo actual hoy en día (Muchos son los llamados pero pocos responden) así que Jesús nos advierte por medio de esta parábola de la Fiesta de Bodas que, a pesar de lo que dice en otros lugares del amor y perdón de Dios, no debemos olvidar que nuestro eterno destino en el Cielo depende completamente en cómo respondemos a su ofrenda de amor y perdón.

2.) En este armazón el autor ha entretejido una alegoría usada por los primeros cristianos para interpretar el significado de la destrucción de Jerusalén. Los enemigos del rey (los enemigos de Dios) matan a sus mensajeros (los profetas, Jesús y los Apóstoles) con tal que de enojo el Rey (Dios) los destruye y quema su ciudad — lo que hicieron los Romanos con Jerusalén en el año 70.

3.) Y al final del texto se encuentra la parábola del invitado que vino sin traje de fiesta. El punto central que une estas tres historias es el destino horrible de los que no responden cuando les cita el rey: "Los arroja fuera, a las tinieblas, donde será el llanto y la desesperación." Jesús dice: "Muchos son los llamados y pocos los escogidos," pero pudo haber dicho también: "Muchos son los llamados pero pocos responden."

Todas las tres partes de esta parábola se aplican directamente también a nosotros y al pueblo de nuestro tiempo. 1.) Primero, tú y yo hemos sido citados a la Fiesta de Bodas del Hijo de Dios, a este banquete Eucarístico cada fin de semana. Decimos que Dios nos invita a Misa porque debemos venir con ganas, pero todos sabemos que cuando Dios invita, hay que venir — excepto que hay muchos necios hoy que le dan excusas débiles parecidas a las de los necios en nuestra parábola, diciendo en efecto: "Estoy muy ocupado" o "no tengo ganas de venir cada semana ..." prefiriendo hacer tareas en la casa o ganar un poco más dinero o aún hasta traer a mis hijos a una partida de deportes en lugar de responder a la invitación del Rey.

2.) Segundo, nosotros pertenecemos a una sociedad mucho más asesina que la de Jerusalén del primer siglo. Matamos a bebés en el vientre y tenemos leyes que les dejan a personas atoradas en pobreza (las leyes de inmigración) y además las políticas de nuestro gobierno que causan destrucción en todo el mundo, hechos que seguramente le enojan al mismo Dios que castigó severamente a Jerusalén en tiempos de San Mateo.

3.) Y tercero, hay muchos que vienen al banquete sin traje de fiesta, para así decirlo, su ropa sucia con pecados no perdonados, sus corazones no arrepentidos, en la Misa sólo para cumplir con el precepto ... lo que es al menos mejor que no venir — si están aquí hay al menos la posibilidad de que algún día las palabras de Dios les penetren el corazón ... pero si no, las consecuencias de tener el alma no bien vestida, el corazón todavía lejos de Dios, serán muy espantosas.

La enseñanza de Jesús del Reino de Dios sigue siendo actual hoy en día (Muchos son los llamados pero pocos responden) así que Jesús nos advierte por medio de esta parábola de la Fiesta de Bodas que, a pesar de lo que dice en otros lugares del amor y perdón de Dios, no debemos olvidar que nuestro eterno destino en el Cielo depende completamente en cómo respondemos a su ofrenda de amor y perdón.

¿Y qué es el destino lamentable de los que no responden cuando el Señor les cita? "Los arroja fuera, a las tinieblas, donde será el llanto y la desesperación."