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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: June 4, 2023
El Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía durante la Misa de Afirmación Diaconal en la Iglesia de San Vicente de Paúl en Rogers el domingo, 4 de junio de 2023.
En 1950 Hot Springs, Nuevo México cambió su nombre a Verdad o Consecuencias en una estrategia publicitaria para aumentar el turismo. El anfitrión de un programa de juego de ese mismo nombre dijo que visitaría y transmitiría desde el primer pueblo que cambiara su nombre a Verdad o Consecuencias.
Pero había tres problemas con el nombre del programa: 1.) La verdad era imposible porque las preguntas de trivia presentadas a los concursantes eran imposibles de responder correctamente; y 2) las consecuencias de responder incorrectamente eran inconsecuentes — usualmente tenían que hacer algo vergonzoso. Pero el mayor problema 3.) era de que daba la impresión de que la verdad misma no importaba mucho porque los concursantes harían lo imposible tratando de encontrar respuestas graciosas y los castigos eran tan entretenidos.
Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad, la verdad más profunda que Dios ha revelado sobre sí mismo, sobre cómo está conformado y sobre quién es por dentro: que el amor es su misma naturaleza y que el amor es muy demandante. ¡Esa verdad tiene serias consecuencias!
La misma naturaleza de Dios es el amor por lo que creer en él es una respuesta de nuestro amor a su amor, y ¡eso puede ser muy demandante! Tiene consecuencias maravillosas pero como con todo amor hay un costo: ¡muerte a uno mismo! Sometiendo nuestra voluntad a la de él.
En nuestra primera lectura Dios se le hizo presente a Moisés en una nube, pasando delante de él proclamó: “Yo soy el SEÑOR, el SEÑOR Dios, compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel”.
Fíjense, él dice que es compasivo — no nunca — hay consecuencias, especialmente cuando nuestros pecados lastiman a los demás, pero incluso aquí Dios es compasivo. Y él espera lo mismo de nosotros. Y luego en nuestro Evangelio Jesús revela un aspecto extraordinario sobre la identidad y obras internas de Dios.
No solamente creó el mundo por amor al principio de todos los tiempos, y no solamente reunió a un pueblo para sí mismo por amor, liberándolos de la esclavitud del Faraón, trayéndolos a una tierra específicamente elegida para ellos por amor, enviándoles profetas para mantenerlos en el camino correcto — a quienes ignoraron, a pesar de todas las consecuencias lamentables al abandonar la verdad, incluyendo el exilio a Babilonia y sujetándose a poderes extranjeros desde entonces — hasta el tiempo de Jesús cuando estaban pereciendo bajo el dominio romano.
Ahora, a pesar de todo eso, el amor es tan grande que él ahora entrega a “su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él”. ¡Esta es la primera vez que escuchamos acerca de un Hijo! Y no mucho después aprenderemos sobre el Espíritu Santo … y con esto, Dios ha revelado por primera vez la verdad de la Santísima Trinidad.
Y, ¿cuáles son las consecuencias de aceptar o rechazar esa verdad? La respuesta de Jesús en el Evangelio de hoy no podría ser más clara: “El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios".
Las implicaciones que esto tiene para aquellos que no se han unido a la fe sin culpa propia es un tema para otro día. ¡Lo que importa para nosotros hoy son las implicaciones que tienen para nosotros que conocemos sobre Jesús y que tenemos la habilidad de responder!
En cuanto a esto, es importante recordar que “creer” tiene que ver con nuestra voluntad, no solamente nuestro intelecto; las verdades por las que vivimos, no solamente las verdades que decimos y aceptamos — en otras palabras, creer es una cuestión de corazón y no sólo de mente.
La misma naturaleza de Dios es el amor por lo que creer en él es una respuesta de nuestro amor a su amor, y ¡eso puede ser muy demandante! Tiene consecuencias maravillosas pero como con todo amor hay un costo: ¡muerte a uno mismo! Sometiendo nuestra voluntad a la de él.
Hoy celebramos nuestra Misa de Afirmación Diaconal, un día cuando les agradecemos a ustedes nuestros diáconos por todo su amor abnegado, y un día en el cual nos comprometemos a hacer lo que sea que el amor exija de hoy en adelante.
Aquí también hay verdades y consecuencias, y a diferencia del programa de juego 1.) la verdad de lo que Dios pide de nosotros no es un misterio y siempre incluye amor, y 2.) las consecuencias de responder equivocadamente son serias no solamente para aquellos a quienes no amamos como deberíamos, sino también serias por el daño que ocasiona a nuestra propia alma, a nuestra propia persona — hay verdad en la expresión “todo lo que das se te devuelve”.
Por otro lado, las consecuencias de responder correctamente son maravillosas incluso cuando son desafiantes. Y no son menos importantes ¡porque a través del amor participamos en la vida misma de la Santísima Trinidad cuya fiesta celebramos hoy!