31º Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

Publicado: November 5, 2017

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la Iglesia de San Lucas de Warren el domingo de 5 de noviembre de 2017.


Obispo Taylor

En el Evangelio de hoy tenemos un texto que los enemigos de la Iglesia usan fuera de contexto para desacreditar a la Iglesia y confundir a la gente. Distorsionan las palabras de Jesús para que parecen decir algo diferente de lo que tuvo en mente él.

En este texto Jesús dice: “No dejen que los llamen maestros porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen padre,  porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar guías, porque el guía de ustedes es solamente Cristo.”

No llaman a ningún hombre padre pero nosotros llamamos al sacerdote "Padre". No llamen a nadie maestro pero llamamos a los catequistas "maestros". Tomadas fuera de contexto, estos títulos parecen contradecir lo que dice Jesús. Pero ponlos en el contexto correcto y el problema se desvanece.

Los habladores de arameo supieron que en vez de tomar el hipérbole al pie de la letra, había que prestar atención al punto que recibe énfasis, lo que en el Evangelio de hoy es la enseñanza de Jesús respecto a verdadera grandeza.

1.) El contexto lingüístico. Cada idioma tiene particularidades. Por ejemplo, el inglés tiene sólo los restos del subjuntivo pero una muy desarrollada sucesión de tiempos, mientras el castellano tiene un subjuntivo bien desarrollado pero una sucesión de tiempos menos desarrollada.

Pues, Jesús habló arameo, un idioma muy concreto que carece de vocabulario abstracto, lo que remedian por el uso de hipérbole, lenguaje exagerado, lo que llamaríamos nosotros exageración excepto que cuando nosotros exageramos es para engañar, pero cuando ellos usan hipérbole es para dar énfasis.

Los habladores de arameo supieron que en vez de tomar el hipérbole al pie de la letra, había que prestar atención al punto que recibe énfasis, lo que en el Evangelio de hoy es la enseñanza de Jesús respecto a verdadera grandeza: “Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.”

2.) El contexto de la audiencia. Para comprender lo que dice Jesús, hay que tener en mente a sus auditores. Cuando dijo, “A ningún hombre sobre la tierra lo llamen padre” — su audiencia ¿a quién pensaban que refirió Jesús? No existían sacerdotes católicos antes de la Última Cena.

Los únicos hombres llamados "padre" por los auditores originales de Jesús eran sus padres naturales, el marido de su mamá. “A ningún hombre sobre la tierra.” Este es un ejemplo de la hipérbole que describí. Todos aquellos protestantes anti-católicos violan el pie de la letra de las palabras de Jesús cada vez que ellos — y nosotros — llamamos "padre" a nuestro papá.

El punto de Jesús aquí no es que debemos darle otro título al hombre que se casó con mamá, sino que reconozcamos que todos nosotros — incluso nuestros padres naturales — somos todos hermanos y así iguales, todos hijos del mismo Padre celestial, el que es más fundamentalmente padre que cualquier otro en esta tierra que llamamos padre, así: “A ningún hombre sobre la tierra lo llamen padre.”

Y en todo caso, Jesús no estaba hablando de sacerdotes católicos porque sacerdotes católicos no existían todavía. Lo que quiere enseñar con el énfasis de este hipérbole es el hecho de que verdadera grandeza viene no de ocupar una posición importante en la sociedad, sea como cabeza de una familia o maestro en una escuela o como líder religioso — aquí como rabino y por extensión, mi ministerio de sacerdote — tener un título importante no es lo que le hace uno verdaderamente grande.

Lo que nos hace grande es el servicio que prestamos a otros en el ejercicio de nuestras responsabilidades, y lo más abnegado el servicio, lo más grande que llegamos a ser. Jesús nos enseña — por medio de sus palabras y su ejemplo — que verdadera grandeza viene no de títulos y posiciones importantes, sino del servicio abnegado ... ¡y eso no es hipérbole!