Misa Crismal 2018

Publicado: March 26, 2018

Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la parroquia de Catedral de San Andrés en Little Rock el lunes 26 de marzo de 2018.


Obispo Taylor

En Israel antiguo, los tres productos más importantes eran trigo, uvas y aceitunas. El trigo es importante también para nosotros, porque es fundamental para la vida. Es más difícil comprender la importancia de las uvas en el tiempo de Jesús, porque nosotros disponemos de una gran variedad de frutas, pero también para nosotros el vino hace que una comida se vuelva banquete.

Y aun más porque el Jueves Santo, Jesús tomó el pan y vino de la pascua judía y se nos dio como su cuerpo y sangre, e instruyó a sus apóstoles a continuar haciendo esto en su memoria — así instituyó dos sacramentos: la Eucaristía y el sacerdocio.

¿Pero qué de la aceituna? Esto nos es más difícil comprender. Comemos mucha carne grasosa y comida frita, y olvidamos que los pueblos que comen mucho menos carne deben suplementar su dieta con más aceite que nosotros. Además, los que viven en regiones áridas tienen más problemas con piel reseca, así que la gente aplicaba aceite a sus caras para mejorar su apariencia y también lo usaba como medicina: como loción para la piel y mezclado con hierbas para hacer ungüento.

Y este año tenemos el gozo de saber que el crisma que consagramos hoy será usado para ordenar a ocho nuevos sacerdotes para la Diócesis de Little Rock y dos nuevos sacerdotes para Subiaco, un total de 10 nuevos sacerdotes — ¡el número más grande de ordenaciones en un solo año en toda nuestra historia!

Así que, aunque el trigo era fundamental para la vida y el vino convertía comidas en banquetes, el aceite mejoró su apariencia y era un remedio para enfermedades. En Israel antiguo, se usaba también para indicar que cierta persona había sido elegida por Dios para ser rey o sumo sacerdote — los llamaban mesías, ungidos, cristos porque se les había derramado aceite en la cabeza. Y claro, ese es el origen de esta Misa Crismal, en la cual consagramos el santo crisma y bendecimos los aceites de catecúmenos y para Ungir a los enfermos.

El más sagrado de estos aceites es el crisma que consagramos — los otros dos aceites sólo los bendecimos — pero consagramos el crisma porque se usa ese aceite para ordenar a sacerdotes, quienes consagran la Eucaristía y celebran los demás sacramentos también.

Es por eso que nosotros los sacerdotes renovamos nuestro compromiso al Señor durante esta Misa Crismal. Y este año tenemos el gozo de saber que el crisma que consagramos hoy será usado para ordenar a ocho nuevos sacerdotes para la Diócesis de Little Rock y dos nuevos sacerdotes para Subiaco, un total de 10 nuevos sacerdotes — ¡el número más grande de ordenaciones en un solo año en toda nuestra historia!

Sacerdotes que administrarán a los fieles los otros seis sacramentos. Por eso, podemos decir que este crisma abre la puerta a todos los sacramentos, incluyendo el uso de los otros aceites que bendecimos en esta Misa: catecúmenos preparándose para el bautismo y los sacramentos de confirmación y unción de los enfermos.

Este año cumplimos 175 años como diócesis — y debo decir que lo tenemos mucho más fácil hoy que los católicos valientes de esos primeros años. Eran inmigrantes y muchos no hablaban inglés, pero lograron establecer parroquias y escuelas y hospitales en muchas partes del estado. Su huella y su impacto eran mucho más grande de lo que sugiera su número actual.

Si miramos la historia de la Iglesia en Arkansas veremos que nunca ha sido “fácil”. Y una cosa es cierta: los problemas particulares cambian con el tiempo, pero la fidelidad al Señor siempre nos obliga a abrazar la cruz. ¿Por qué crees que Jesús eligió el Jueves Santo para instituir el sacerdocio y la Eucaristía? Cuando dijo a los primeros 12 sacerdotes que “hagan esto en conmemoración mía,” no sólo pensaba en su celebración de la Eucaristía en su memoria.

Pensaba también en que nosotros debemos ofrecer también nuestro cuerpo y sangre al Padre en unión con aquel de Jesús, como hizo en la Ultima Cena y como hizo el día siguiente en el altar de la cruz — y eventualmente, 10 de esos 12 hicieron precisamente eso, muriendo como mártires.

Y así, nos reunimos para consagrar este crisma que nos hace otros “cristos” y estos aceites de catecúmenos y para los enfermos, que usamos para servir el pueblo de Dios. Que el Señor fortalezca las buenas intenciones de este día y nos capacite para abrazar con amor la participación que Dios nos da hoy en la cruz de Jesucristo, nuestro Salvador.