Obispo aborda la decisión de la Corte Suprema que requiere otorgar licencias a matrimonios del mismo sexo

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Obispo Anthony B. Taylor emitió la siguiente declaración el 1^o de julio, 2015 en respuesta a la decisión de la Corte Suprema de EE.UU. en el caso de Obergefell v. Hodges que requiere que todos los estados otorguen licencias y reconozcan las uniones del mismo sexo como matrimonio.

"La semana pasada la Corte Suprema de Estados Unidos emitió un fallo que ahora requiere que todos los estados concedan a las uniones del mismo sexo el mismo estatuto jurídico que a los verdaderos matrimonios. Esta decisión va en contra de la verdad del matrimonio, que por su propia naturaleza se fundamenta no sólo en el amor y el compromiso compartido entre adultos que consienten, sino también en mucho más; también tiene el propósito de procrear nueva vida y criar a los hijos nacidos de esa unión.

"Esta verdad vale también para aquellas parejas casadas que no pueden concebir hijos propios, pero que sin embargo reflejan la complementariedad mutua de los sexos — una complementariedad que está arraigada en nuestra biología y la intención de nuestro Creador.

"Jesús enseñó sin ambigüedad que el matrimonio fue ya desde el inicio la unión para toda la vida de un hombre y una mujer, y como católicos nuestra fe nos invita a abrazar esta verdad inscrita en nuestros propios cuerpos como varón y mujer — una verdad sobre la persona humana que permanece sin cambios y es de hecho inmutable.

"Usted podría preguntarse: ¿por qué se preocupa la Iglesia sobre los cambios en el matrimonio civil, siempre y cuando no estemos obligados a oficiar este tipo de ceremonias? La respuesta es que tenemos una responsabilidad con el bien común, y el error tiene consecuencias prácticas trágicas que nos afectan a todos — y en particular a nuestros niños, los más vulnerables entre nosotros.

"Ya hemos visto los daños sufridos por los niños y la sociedad en general como consecuencia de la ruptura de la familia debido al divorcio generalizado y el número elevado de padres solteros, a menudo debido a las circunstancias lamentables aunque inevitables. Pero tenemos una circunstancia totalmente evitable en el caso del matrimonio entre personas del mismo sexo.

"Todos los niños tienen el derecho básico a ser criados, cuando sea posible, por sus padres naturales en un hogar estable y lleno de amor. El matrimonio entre un hombre y una mujer es la única institución que por su naturaleza es capaz de lograr esto, aunque si muchos niños han sido criados bien en otras situaciones, gracias a menudo a los sacrificios heroicos por parte de sus padres solteros.

"Para aquellos que están consternados por este fallo judicial y el futuro de nuestra nación, les recuerdo que la Iglesia primitiva no sólo sobrevivió, sino que prosperó en medio de un mundo pagano y hostil. Puede ser que nosotros, como católicos estadounidenses seamos ridiculizados debido a nuestra postura sobre el matrimonio, etiquetados como fanáticos o promotores del odio. Pero a diferencia de nuestros hermanos cristianos en Siria e Irak, es poco probable que se nos maten por la fe. Aún así, la lucha es real.

"Y en esta coyuntura crítica, lo que necesitamos ahora más que nunca es que seamos santos--esposas, esposos, madres, padres y niños — todos unidos para vivir nuestras vidas comosantos. Familias santas serán la luz brillante que finalmente convencerá a nuestra nación a regresar el matrimonio a su condición noble. Y aunque no lo haga nuestra nación, nuestra Iglesia crecerá en fidelidad.

"Las personas que experimentan atracción por el mismo sexo tienen los mismos derechos humanos que cualquier otra persona, pero la redefinición de la institución natural del matrimonio no servirá para mejorar sus vidas, lo mismo que el aborto no mejora la vida de las mujeres asustadas y en situaciones difíciles. Las dos peores decisiones de la Corte Suprema en nuestro tiempo son Roe v. Wade y ahora Obergefell v. Hodges. Estas decisiones no se basan en la verdad, y como resultado, ambas fallarán finalmente.

"Mientras tanto, la pérdida de orientación moral en nuestro país sólo empeorará, en perjuicio de todos nosotros. Por esta razón, les pido sus oraciones por nuestra nación y para todos aquellos que no están de acuerdo con nosotros en estas cuestiones de importancia vital para el futuro y el alma de nuestra nación. Oremos también por todos aquellos que se verán inducidos al error y, en particular aquellos que sufrirán más sus consecuencias perjudiciales."

Sinceramente en Cristo,
+ Anthony B. Taylor
Obispo de Little Rock