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Diócesis Católica de Little Rock
Publicado: April 10, 2017
Obispo Anthony B. Taylor predicó la siguiente homilía en la parroquia de Catedral de San Andrés en Little Rock el lunes 10 de abril de 2017.
¿Qué significa decir que alguien está ungido? Durante esta Misa Crismal consagraremos el santo crisma y bendeciremos el óleo de los catecúmenos y el óleo para la unción de los enfermos — unciones físicas que son fundamentales para la vida sacramental de la Iglesia.
Durante esta Misa nuestros sacerdotes renovarán las promesas solemnes que profesaron al Señor justo antes de que sus manos fueran ungidas con el santo Crisma el día de su ordenación.
Y si vemos en las Escrituras de hoy, encontramos que tanto Isaías como Jesús expresan que han recibido una unción más bien espiritual que física: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor”.
Por medio de estas unciones nos convertimos en otro “Cristo”. Es por eso que somos llamados “cristianos” — “Cristo” en griego significa “el ungido” y nosotros hemos sido ungidos.
Claramente, ungir puede significar muchas cosas. Los judíos hacían esto en el Antiguo Testamento para marcar físicamente a aquellos elegidos por Dios para servir a la nación como sacerdote, profeta o rey, pero incluso en ese entonces ellos también hablaban de una unción espiritual, tal como en la frase “tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec” distinta a la que señalaba a los sacerdotes que pertenecían físicamente a la tribu de Leví.
La Iglesia primitiva comprendía que Jesús era ese tipo de sacerdote ya que era descendiente de David de la tribu de Judá. Y su unción fue más bien espiritual que física, revelada por la paloma representando al Espíritu Santo volando sobre la cabeza de Jesús (y de este modo ungiéndolo espiritualmente) en el momento de su bautizo en el Jordán y luego enviado capacitado así para emprender en serio el ministerio que el Padre le había confiado.
Esto corresponde a la unción espiritual que recibimos cuando somos ungidos físicamente con el crisma en el sacramento de la confirmación — e incluso mucho más en la ordenación — y así somos enviados para emprender en serio la misión que el Señor ha elegido para cada uno de nosotros.
Por medio de estas unciones nos convertimos en otro “Cristo”. Es por eso que somos llamados “cristianos” — “Cristo” en griego significa “el ungido” y nosotros hemos sido ungidos.
Bueno, ¿qué significa esto concretamente para cada uno de nosotros? Es muy sencillo: si vamos a ser “otro Cristo” — verdaderamente un cristiano — eso significa que la misión de Cristo se convierte en nuestra misión. Y ¿dónde encontramos una descripción clara de lo que debe ser esta misión?
En el Evangelio de hoy donde Jesús toma la declaración de misión de Isaías y la hace propia y así nos invita a hacerla nuestra también. “El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor”.
Si éste es el caso, entonces necesitamos preguntarnos: ¿quiénes son los pobres hoy y cuáles son las buenas nuevas que el Señor quiere que les anunciemos?
El Papa Francisco ha hablado mucho sobre la misericordia de Dios. ¿Hasta qué grado vemos la vida desde la perspectiva de un Dios misericordioso en vez que de la perspectiva del temor y de la exclusión? ¿Quiénes son los cautivos hoy, personas que sufren todo tipo de falta de libertad? Personas que se sienten atrapadas en malas situaciones, personas esclavizadas en todo tipo de vicios.
¿Quiénes son los ciegos hoy? Hay tantas tinieblas en el mundo de hoy. ¿Cómo podemos anunciar la luz de la verdad de Cristo para borrar las tinieblas del error y liberarnos de aquellos temores que han producido tantos resultados negativos en el mundo de hoy?
¿Qué podemos hacer para liberar a los oprimidos? Remediar los dilemas legales en que se encuentran las personas. Eliminar la explotación económica de aquellos que han trabajado pero que no tienen manera de defender sus derechos en sus lugares de empleo. Si hacemos eso, compartiremos en la misión de Cristo de anunciar las Buenas Nuevas a todos los que necesitan la salvación que Él ha ganado por nosotros.
¡Y todos la necesitamos! Y esto es el corazón de lo que estamos haciendo litúrgicamente en esta Misa Crismal. "El Espíritu del Señor está sobre nosotros porque nos ha ungido y nos ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor”.